Porque sí, porque te quiero, y porque no doy ninguna explicación a ello. Simplemente me haces feliz; haces que todo sea distinto. Haces que te quiera sin hacer nada, porque siendo así ya haces que me limite a sonreír y a ver que a veces, sí que vale la pena luchar y sufrir por lo que quieres, porque hay veces, que sucede.
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